Una pregunta que todos nos hacemos es ¿Qué puedo hacer para no meter la pata con mi hijo?. Esta cuestión, realmente no tiene una única solución, pero aquí comparto diez sugerencias que pueden ayudarte a la hora de tratar con tu hijo.
Demuestra lo mucho que le quieres. La forma de comunicarnos con nuestros pequeños es muy importante. Demostrar que les queremos por encima de todo, no quiere decir que no les regañemos o corrijamos su comportamiento. Tienen que entender, que en ocasiones, les diremos que esperamos que las cosas las hagan de otra manera, pero que a pesar de ello pueden contar con nuestro apoyo para lo que necesiten. Da importancia a la comunicación. Debemos explicar a nuestros hijos por qué las cosas son así, decir un “porque lo digo yo” no les ayuda a comprender que es lo que pasa. Es importante dar explicaciones y en las ocasiones en las que sea pertinente dar varias opciones y negociar con ellos. Dejémosles que en algunas cuestiones tengan voz y boto en las decisiones, sobre todo en aquellas que les conciernen. Y si eso no puede ser, explicarles el motivo de las decisiones que hemos tomado. Cuida tus comportamientos Los niños aprenden imitando los comportamiento de los adultos. Todos podemos cometer errores, pero es importante que, cuando estemos con ellos, cuidemos nuestra forma de hacer las cosas y seamos, en la medida de lo posible, el modelo de la conducta que queremos que tengan nuestros hijos. Adáptate a las necesidades de tu hijo Esto no quiere decir que hagamos todo lo que nuestro hijo quiera. El desarrollo de todos los niños no es igual, por lo que no podemos comparar a nuestro hijo con ningún otro menor. Si vemos que no alcanza las metas que nosotros nos hemos propuesto, tenemos que revisar nuestras expectativas y adaptarlas a sus necesidades. Cuanto más nos amoldemos nosotros mejor será su desarrollo. Organiza tu tiempo para tener momento con tu hijo. Con el ritmo de vida que tenemos ahora, es muy complicado pasar tiempo con nuestros hijos, las jornadas laborales son excesivas, llegamos cansados a casa, incluso en muchas ocasiones nos toca seguir haciendo trabajos desde nuestro hogar. Dentro de nuestra ajetreada agenda debemos sacar tiempo para pasar con nuestros hijos, y que este sea solo para ellos. Algunas de las cosas que podemos hacer son programar cenas en familia, mostrar disponibilidad cuando tu hijo se acerque a hablar contigo o necesite que acudas a algún evento importante para él. De esta manera sentirá que es importante para ti. Se coherente con las decisiones de tomes en la disciplina Es importante que pongamos límites a nuestros hijos, estos se deben hablar con él así como las consecuencias que va a tener el que los sobre pase. Es normal que intente saltarse las normas, es parte del crecimiento, nosotros como padres, debemos advertirles antes de que se los salten, recordando las consecuencias y en caso de que lleguen a pasar los límites, cumplir estas consecuencias (quitar algún privilegio o imponer una sanción). Es importante que cumplamos la sanción. Un error muy común es levantar el “castigo” antes de tiempo. Debemos ajustar los correctivos a las acciones realizadas y la edad de los niños. Límites pactados en familia En todas las familias pasa, dependiendo del cuidador las reglas son distintas, ¿cómo vamos a prohibir a los abuelos que mimen más a sus nietos, o a los tíos que les compren chuches?. Tenemos que tener en cuenta que, aunque algunas de las normas puedan cambiar, las básicas tienen que ser siempre las mismas. Los niños saben con quien están y que le pueden pedir y obtener de cada miembro de la familia. Tengamos un consenso que nos ayude y facilite la educación de nuestros hijos. Ayuda a que tu hijo sepa quererse A todos nos gustan que nos digan que hacemos bien las cosas, y los niños no son diferentes. En esta edad se está forjando su sentido del “Yo”, por eso, debemos reforzar aquellas cosas que hacen bien y que no criticar cuando se equivocan. Se trata de un momento en el desarrollo en que se ven a través de nuestros ojos, y somos nosotros los que tenemos que enséñales que todo el mundo comete errores y dejar que hagan cosas solos, de manera que reforcemos su autonomía. Dile las cosas que hace bien No digamos a nuestros hijos solo aquello que hacen mal. Aunque haya alcanzado algo que “debía” hacer, reforcemos ese logro. Debemos reconocer su esfuerzo y validarle en aquellas cosas que hace bien. Los abrazo, besos y comentarios positivos pueden ser la mejor recompensa a sus esfuerzos y buenas acciones. Una manera de hacer esto es diciendo a nuestros hijos todos los días lago bueno. Pide ayuda Nadie nos enseña a ser padres, lo que sirve para unos menores no nos resulta útil para otros. Hazte cargo de cuales son tus fortalezas y tus debilidades. Todos tenemos limitaciones, la crianza de un hijo no es sencilla, a veces nos desborda y es algo normal. En estos casos, en los que vemos que no llegamos a conseguir aquello que deseamos, debemos apoyarnos en la familia y amigos, que nos aconsejen y nos proporcionen un tiempo para poder retomar fuerzas y ver las cosas de otra manera. Y en caso de que todo esto no nos ayude y sea necesario, debemos pedir ayuda a un profesional. Desde PsicoMentis queremos ayudarte en este y otros problemas que aparezcan en tu día a día. Llámanos al 66147 27 86
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